Ailanto, aprende sobre este árbol de rápido crecimiento

El árbol de Ailanto es un hermoso ejemplar ornamental muy apreciado para decorar espacios verdes tanto públicos como privados, pero es una especie muy invasiva, por lo que su plantación amerita ciertas condiciones. Veamos en este post cómo se desarrolla esta planta, cuáles son sus características, hojas, flores y hábitat ideal y qué beneficios puede aportar. Te interesará saber de este árbol.

Ailanto

Características del Ailanto

El Ailanto, cuyo nombre científico es Ailanthus altissima, es un árbol originario de las islas Molucas, en China, perteneciente a la familia de las simarubáceas.

El vocablo Ailanthus proviene del término malaya aylanto, que es el nombre dado a esta planta en las islas Molucas. Se traduce como “árbol muy alto” “árbol de cielo” o “árbol de los dioses”.

Es un árbol caducifolio, porque pierde sus hojas en determinadas épocas del año, normalmente coincidiendo con la llegada de la estación más fría en los climas templados.

También se le conoce en varias regiones con otros nombres comunes como son “malhuele” o “falso zumaque”, por su similitud al arbusto Zumaque. El calificativo altissima significa “muy alto”.

El Ailanto puede llegar a medir más de 20 m de altura con abundancia de hojas y flores en panojas y una madera dura y sólida. Se le estima una longevidad corta de unos 40 a 50 años. Se recomienda la lectura de Roble melojo que refiere un árbol afín al Ailanto.

Tiene la particularidad que es fácilmente adaptable a muchos entornos, por ello se le observa distribuido en diversos lugares del sur de Europa, específicamente en España en las regiones del centro, del sur y del este, donde ya está naturalizado.

Ailanto

En vista de esa fácil adaptación a distintos ambientes, se le observa en taludes y cunetas. Te interesará conocer El Gran Pantanal con especies similares.

Una vez que se ha establecido, resulta difícil erradicarlo, aparte de que es resistente a las talas, a incendios, así como a tratamientos con herbicidas.

En virtud de que es una hermosa planta, es muy buscado como ornamento de muchos espacios verdes como jardines privados y públicos, parques, plazas, caminerías y veredas. Proporciona una sombra agradable por su extenso y tupido follaje, que crece y se desarrolla en muy pocos años.

Llegó a las regiones europeas introducido por los chinos cuando comenzaron a desarrollar y expandir la industria de la seda a mediados del siglo XVIII.

El propósito del momento era repoblar urgentemente los montes con esta especie, por su capacidad de germinar y crecer con demasiada facilidad, pero en vista de sus características invasivas poco favorecedoras, que le quitaba terreno a las plantas autóctonas, hicieron fracasar el proyecto.

Dicha invasión estaba ocasionando una reducción de la biodiversidad de la zona y, por ende, un empobrecimiento del ecosistema, en el que muchos tipos de plantas quedaron anulados. Por todo ello, la especie fue incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras desde el 2 de agosto del 2013.

Ailanto

Allí se estipula la prohibición de posesión, transporte, comercio, tráfico y, por supuesto, introducción de esta especie en el medio natural, sino se tienen las condiciones e implementos apropiados para el control de proliferación de este árbol.

Sin embargo, esta especie arbórea, aun cuando no prosperó para tal fin, se expandió con facilidad por toda la región.

En otros países como Estados Unidos y Australia, también se ha constituido en un problema por sus propiedades invasoras, por lo que está prohibida su plantación en jardines públicos, posesión, y su comercialización.

Crecimiento del Ailanto

El ritmo de crecimiento del Ailanto es muy acelerado, sobre todo si hay en las inmediaciones suministro suficiente de agua y el terreno es rico en nutrientes, lo que asegura su supervivencia.

Puede desarrollar en un año entre 50 y 70 cm, lo que redunda en una rápida floración en un período de apenas dos años, aproximadamente, desde el momento de la germinación.

Como ocurre con otras especies que igualmente crecen de forma acelerada, el Ailanto cuenta con una esperanza de vida corta, de unos 40 a 50 años, como se indicó.

Ailanto

No obstante, su belleza ornamental a veces es menospreciada, en vista de su descontrolada expansión que invade espacios de otras especies, a menudo perjudicándolas.

Esto es debido a las toxinas que produce en las hojas y la corteza, que cuando se depositan en el suelo inhiben el crecimiento de otras especies.

Asimismo, genera unas potentes raíces las cuales cuando el árbol está en un entorno urbano, puede afectar y dañar tuberías, aceras y cimientos de edificios.

Por otra parte, las abejas que liban sus flores, se pueden contaminar y transmitir a la miel un sabor desagradable.

Hojas

Posee unas largas hojas grandes color verde oscuro, caducas, que se caen todos los años. Tienen entre 7  y 9 pares de folíolos o pinnas de cinco a diez cm de largo tipo asentado, lanceolado con 1 o 2 dientes o lóbulos glandulosos a cada lado, cerca de su base.  Poseen un pecíolo y eje largos.

Ailanto

Las hojas miden entre 50 y 70 cm de longitud, dispuestas de manera alternada en el raquis con el último folíolo al final del mismo, por lo que su número es impar, lo que en botánica se denomina imparipinnadas.

Contienen una sustancia que, al estrujarlas o romperse, despide un olor desagradable que caracteriza a esta especie.

Flores

El Ailanto tiene flores pequeñas de color amarillento, a veces blanco-verdosas, con 5 pétalos, 10 estambres y 2 a 5 carpelos apocárpicos de pistilos de ovario súpero, rudimentarios en las flores masculinas.

Las flores aparecen dispuestas en una panícula terminal de hasta 30 cm de largo. Son flores dioicas unisexuales o hermafroditas, masculinas y femeninas, que crecen en tallos o troncos separados.

Las panículas tienen un cáliz gamosépalo de corola dialipétala. Las flores masculinas tienen un olor repulsivo.

En ambas flores aparecen, normalmente, en primavera o principios de verano.

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Frutos

Su fruto es una sámara, que es un fruto seco, alado e indehiscente, pues no se abre espontáneamente. Tiene un color rojo, que se torna castaño claro a marrón cuando ha llegado a la madurez.

Tiene una sola semilla en el centro de color rojizo, al principio, luego pardo oscuro, y un pericarpio en forma de ala que facilita su propagación en el viento de forma eficiente. Es un órgano de la planta muy ornamental, sobre todo al comienzo de la madurez cuando lucen su atractiva coloración rojiza.

En ocasiones cuando ya se ha caído toda la hoja, la semilla se mantiene en el árbol en espera de ráfagas de viento, que la transporten.

Semillas

Son el medio de reproducción de la especie y de renovación de raíces y son relativamente fáciles de germinar y crecer.

Las semillas están contenidas en los frutos desde donde son dispersadas por el viento. Requieren un mínimo de 1 semana de estratificación antes de que germinen.

Tronco

No es muy grueso. Es un tronco rectilíneo y puede medir entre 17 y 40 cm de espesor en la edad adulta y está cubierto por una corteza gris con muchas grietas de color marrón en ejemplares maduros.

¿Dónde crece el ailanto?

Es un árbol que proviene del sudeste de Asia, donde crece en abundancia, sobre todo, en la islas Molucas, en China, de donde es originario, tal como se señaló.

No obstante, se ha distribuido ampliamente por numerosas regiones del mundo, donde se ha naturalizado y cultivado para arbolado de avenidas y espacios verdes, así como para la sujeción de taludes.

Lo podemos encontrar en Australia, Estados Unidos, en la cuenca mediterránea, en específico al sur de España y norte de Marruecos.

Ha sido tal su cultivo y adaptabilidad en la gran mayoría de esas zonas que se le ha incluido en el  Atlas de las plantas alóctonas invasoras en España.

Como ya sabemos, ha resultado ser una especie invasor, considerada a veces como mala «hierba» leñosa, debido a que sus retoños generan sus raíces a distancia y por la facilidad en que nuevos individuos son naturalizados a partir de los frutos que propaga el viento.

Hábitat

El Ailanto se aloja en lugares muy variados e insólitos en virtud de sus propiedades de expansión innatas. Así lo encontramos, aparte de plazas, parques y avenidas, en cultivos abandonados, fondos de valle, en bordes de carreteras y caminos vecinales, en cunetas, escombreras o botaderos, en terrenos sin cultivar, en rieles de tren e incluso saliendo de grietas de muros y rejas de alcantarillas.

Puede estar aislado o formando bosquetes. Por su gran capacidad de adecuación a espacios disímiles entre sí, ha desarrollado resistencia a la contaminación y la sequía y a cambios de tipo de suelo; sin embargo, es afectado por las heladas fuertes.

Clima

Se adapta a una gran variedad de climas, pues tolera heladas de hasta los -18 ºC y temperaturas máximas de hasta 40 ºC, siempre y cuando que tenga agua a su alcance.

Para ello solo será necesario que la temperatura llegue a 0 ºC. Se desarrolla bien tanto a plena luz o bajo sombra.

 

Suelo

Esta es una especie arbórea que se adapta fácilmente a cualquier tipo de suelo sin ningún tipo de inconvenientes, desde arenosos, pedregosos, poco abonados, hasta los muy duros y secos.

De allí su clasificación de especie invasora, pues crece en cualquier lugar, donde otras especies no lo hacen y se desarrolla sin importar las condiciones.

Tolera los terrenos de sustratos calizos con buena capacidad de drenaje y algo de humedad. No requiere de mucho riego, pues se puede desarrollar con una humedad escasa pero constante, lo cual evita que las raíces se profundicen y puedan dañar a otras especies próximas.

Tampoco necesita de grandes cantidades de abono, solo en la etapa de crecimiento, por la rapidez del mismo. Ya adulto, el Ailanto no requiere abono.

Cultivo del Ailanto

El árbol germina con mucha facilidad a partir de su semilla, también por brotes radicales mediante retoños o esquejes de raíz. Para su cultivo necesita mucha luz y puede crecer desde el nivel del mar hasta los 1500 m.

El proceso de cultivo requiere remojar en agua las semillas entre 48 y 72 horas. Se drena esa agua y se mezclan con arena húmeda. Seguidamente, se colocan en un congelador plástico o en una bolsa plástica y se llevan en la nevera por unos 4 días.

Este tratamiento en frío hace que el número de plántulas a germinar sea mayor comparado con el de las semillas no tratadas y hará que broten más rápido.

Para plantarlas se coloca abono de buena calidad en la maceta, o bandejas de semillas o contenedores improvisados con agujeros para el drenaje. Se compacta el compost o fertilizante compuesto de residuos orgánicos y luego se siembran las semillas en la superficie. Se cubren con tierra y algo más de compost.

Se coloca en un lugar de mucha luz y se riega suavemente. A fin de mantener la humedad, se pueden cubrir con una bolsa de plástico transparente, que se fija con cinta plástica que no haga contacto con la superficie del abono.

Manteniéndolas a temperatura ambiente, en una semana, generalmente, se puede ver evidencia de la germinación y ya se puede retirar la cubierta que se colocó para conservar la humedad.

Las plántulas en desarrollo se ubican a luz directa del sol, regándolas profusamente y libres de malezas. Se evidenciará su rápido crecimiento, que se acelerará más aún el segundo año y los siguientes.

Se procede a replantar los árboles jóvenes en crecimiento, según sea necesario, preferentemente durante la temporada de inactividad. A los dos años están listos para ser sembrados en su ubicación definitiva.

¿Para qué sirve este árbol?

Su uso como ornamento de espacios abiertos por su colorido, tamaño y verdor, y por la sombra que genera, se inició desde el siglo XVIII, cuando se conoció la especie, y se comenzó a cultivar. Asimismo, se le utilizaba para sujetar porciones de tierras sueltas a causa de la erosión.

Más tarde, a mediados del siglo XIX, los historiadores dan cuenta que el naturalista español Marcelino Sanz de Sautuola, descubridor científico de las cuevas de Altamira, en Cantabria, señaló en una carta a la Sociedad de Aclimatación de Francia en la que reporta grandes plantaciones de ailantos, que ya se usaba por sus valores medicinales y ornamentales.

En jardinería se usa como ejemplar aislado en jardines y parques, aunque también se le coloca en alineaciones y grupos. Se utiliza también como herbicida e insecticida natural.

Por otro lado, su madera, aun cuando su calidad no es muy buena, es muy ligera y fácil de tornear, siendo adecuada para elaborar pasta de papel.

Asimismo, para los niños, se ha elaborado una especie de látigo de juguete con las hojuelas, que se desprenden en otoño y pueden medir hasta 75 cm.

Uso de sus hoja

Las hojas del Ailanto poseen propiedades que han podido ser aprovechadas en diversas aplicaciones, tales como:

  • Se le extrae un colorante amarillo que sirve para teñir la lana.
  • Se usan para fabricar papel por la celulosa que contienen.
  • Sirven de alimento a un tipo de gusano de seda, de nombre científico Samia cynthia.

Uso medicinal

Se le atribuyen diversas propiedades, sobre todo en la corteza. Entre las más conocidas están: diuréticas, antiespasmódicas, astringentes, eméticas y vermífugas, que ayudan en el tratamiento de los dolores estomacales, disentería, malaria, asma, alteraciones del ritmo cardíaco, la epilepsia, el cáncer, la gonorrea, etc.

Los botánicos han encontrado en esta especie contenido de sustancias con principios activos como glucósidos, resina, esencia acre, taninos, mucílagos. Algunos de ellos tóxicos para otras especies, pero que ayudan en la actividad antiamebiana, antipalúdica y potencialmente antileucémica.

Pero también recomiendan que se debe emplear con precaución cuando se ingiera, ya que una dosis inadecuada o excesiva puede provocar intoxicaciones menores con efectos purgantes, eméticos y diarrea. Además, por contacto, puede ocasionar dermatitis.

 Taxonomía del Ailanto

Cuando fue introducido en el entorno europeo, el sacerdote jesuita francés Pierre Nicholas d’Incarville, quien había enviado algunas semillas desde Pekín con su amigo botánico Bernard de Jussieu, con una nota explicativa de las mismas, se llevaron a cabo las primeras descripciones científicas de la planta en la década de 1740.

Pero en ese entonces se pensó que eran semillas de Toxicodendron vernicifluum, semejante al Ailanto, lo que creó una confusión taxonómica que duró varios años.

En 1751, Jussieu sembró algunas de esas semillas en Francia y las otras las envió a Philip Miller, superintendente del Chelsea Physic Garden, y a Philip C. Webb, el dueño de un jardín de plantas exóticas en Busbridge, Inglaterra.

Cada uno de ellos realizó su investigación particular, lo que develó la confusión, ya que los tres hombres describieron al árbol de manera distinta y con tres denominaciones diferentes.

Por su parte en París, el célebre Carlos Linneo, naturalista, botánico y zoólogo sueco, dio a la planta el nombre de Rhus succedanea, basándose en sus estudios, mientras que otros popularmente le habían llamado grand vernis du Japon.

En Londres, Miller dio el nombre a las muestras que analizó de Toxicodendron altissima y en Busbridge se le denominó Rhus Sinese foliis alatis, según el antiguo sistema de clasificación.

Todo ello generó una serie de disputas al respecto en la década de 1750 entre Philip Miller y John Ellis, quien fuera curador del jardín de Webb en Busbridge.

Siguieron otros estudios por parte de otros naturalistas, que generaron más dudas e interrogantes. Por ejemplo, el farmacéutico botánico suizo Jakob Friedrich Ehrhart la llamó Rhus cacodendron, a partir de una muestra que analizó en 1782 estando en Utrecht.

Fue solo en 1788 cuando se despejó un poco la incertidumbre cuando el  botánico y zoólogo francés René Louiche Desfontaines analizó las sámaras de los especímenes de París, que aún conservaban el nombre de Rhus succedanea. De sus estudios concluyó que la planta no era un zumaque.

Divulgó sus conclusiones en un artículo en el que presentó una descripción ilustrada de la especie, a la que dio el nombre de Ailanthus glandulosa y clasificó en el mismo género que las especies tropicales entonces conocidas como A. integrifolia, actualmente A. triphysa.

Dicho nombre provenía de la palabra ambonesa de Indonesia «Ailanto», que significa «árbol de cielo» o «árbol que alcanza el cielo».​ Le agregó el calificativo de glandulosa por las glándulas observadas en las hojas.

Tal denominación se mantuvo hasta el año 1957, cuando se reveló que éste era inválido por un homónimo tardío que se encontró a nivel de especie.

Finalmente, el nombre de Ailanto fue dado a la especie actual por Walter Tennyson Swingle, botánico y agrónomo estadounidense, que trabajaba contratado por el Departamento de Estados Unidos de Industria de Plantas.

Luego de sus averiguaciones, Swingle decidió transferir el nombre específico que había planteado Miller al género que había señalado Desfontaines, lo que generó el nombre actualmente aceptado de Ailanthus altissima, calificativo del latín que se traduce como «el más alto», en referencia a las altura a la que puede llegar el árbol.

Algunos han referido al Ailanto con el adjetivo en forma masculina; a saber: glandulosus o altissimus, lo cual es incorrecto, porque botánicamente hablando la mayoría de las denominaciones de los árboles se hacen en femenino.

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