Martineta, un ave con plumaje exótico y utilidad increíble

La Martineta es un ave que habita en Chile y Argentina, la cual forma parte del orden de las Tinamiformes, cuya distribución se caracteriza por ser fundamentalmente neotropical. Son conocidas también como perdices, debido a su similitud con algunas de las especies galliformes; tienen complejos dibujos en su plumaje, que le permiten camuflarse para esconderse de sus depredadores. Te invitamos a conocer a esta fascinante criatura de la naturaleza.

Martineta

Características de la Martineta

La Martineta es un ave común que está identificada dentro de la especie Tinamiformes, por tratarse de una especie que dentro del grupo de las aves, habita en el suelo y además se encuentra emparentada con las aves corredoras, que suelen distribuirse por las regiones de Sudamérica y algunas partes de América central.

Esta tipo de animal pertenece al género de las Eudromias y está clasificada dentro de las especie Eudromia Elegans, debido a que está dotada de una figura esbelta y muy elegante al caminar. Figuran como uno los parientes vivos más cercanos a los Ñandúes, un ave corredora similar al avestruz, aunque en versión pequeña, bastante fuerte y la cual necesita tomar muy poca agua para vivir.

Esta especie de ave también es conocida como Perdiz Crestada, Martineta común, Copetona o Perdiz Bataraza. Su hábitat está en los países de Chile y Argentina y se mantiene con una dieta bastante sencilla, pues se conforma con algunas semillas, hojas insectos o frutos.

Martineta

Ahora conozcamos las características físicas de esta exótica ave, a través de los siguientes puntos:

  • La Martineta es un ave gorda, que presentan su cuello delgado y cabeza pequeña, con el pico corto y curvo; no obstante de ser variable entre algunos ejemplares que lo pueden presentar un poco más largo.
  • Mide aproximadamente unos 38 centímetros de longitud, y presenta su cabeza adornada con un largo y hermoso copete, que le cae hacia adelante.
  • Su cabeza muestra una tonalidad moteada de negro y café amarillento, con una banda blanca y un centro negro que le recorre desde los ojos hacia el cuello.
  • Puede pesar aproximadamente unos 900 gramos; pero entre las subespecies se cuenta con ejemplares como el denominado tinamú enano, que pesa tan solo unos 43 gramos y cuenta con 14 centímetros de largo.
  • Algunas de las hembras más grandes corresponden al tinamú gris, que llegan a pesar hasta dos kilos y medir unos 49 centímetros de largo.
  • Su cuerpo se encuentra provisto de plumas, formando hermosos reticulados, que les permiten camuflarse para esconderse de sus depredadores.
  • Generalmente el plumaje es igual entre machos y hembras, con colores típicos que van desde la tonalidad marrón oscuro, amarillo, café y gris. Considerándose en este sentido que las especies que habitan en los bosques tienen un plumaje más equilibrado que aquellos ubicados en las regiones esteparias, los cuales suelen ser más pálidos, con franjas o estrías.
  • Se reproducen mediante huevos y por apareamiento, siendo su época reproductiva de septiembre a marzo, donde la hembra llega a depositar en el nido hasta unos diez huevos.
  • Son aves muy tímidas que raramente se dejan ver, pero se pueden escuchar mediante su amplia variedad de sonidos y vocalizaciones; por lo cual destacan tanto en Sudamérica como en América central. Al escuchar su canto, hay quienes consideran que es semejante al sonido de un silbato o una flauta.
  • Algunos de los cantos ejecutados por la Martineta pueden resultar molestos, pero otros parecen estar acompañados de frases, las hembras poseen un tono de voz más grave y los machos usan un llamado especial que puede ser identificado por los humanos.
  • Su silbido es especialmente escuchado en la época de cría, durante el día, pero también en las noches claras. Ellos emiten un sonido especial tanto al anochecer como en la madrugada, para dar aviso a sus polluelos cuando deben ocultarse, si sospechan que entre los pastos se oculta algún depredador.

Son muchos los elementos que caracterizan a esta hermosa ave, entre los cuales se pueden resaltar dos aspectos particulares de ella; uno es su forma esbelta de caminar, tal como si fuese a emprender una carrera; aprovechado sus patas dotadas de tres dedos.

En segundo lugar están sus alas de forma redondeada, que tienen apariencia pequeña en comparación con el resto de su cuerpo; pero que les permite realizar cortos vuelos, especialmente con la finalidad de escapar de cualquier peligro. No obstante que suelen ocultarse bien gracias a su mimetizado plumaje, tanto es así que solamente se logran ver cuando alzan el vuelo.

Debido a su contextura física y peso, generalmente realizan vuelos cortos a manera de planeo que pueden ser aproximadamente de 20 a 30 metros, realizando pequeñas pausas cada vez que les es posible.

Subespecies 

Como se ha comentado, la Martineta pertenece a la familia de las Tinamidae, formando parte del Género Eudromia, y clasificadas específicamente como parte de la especie Eudromia Elegans; sin embargo se conocen al menos una 10 subespecies de ellas.

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De todas ellas, al menos nueve se considera que son endémicas de los países de Chile y Argentina; mientras que la restante identificada como Eudromia Elegans Patagónica, generalmente se encuentra habitando la parte sur de la Patagonia Argentina; con la característica de que se desplaza también por las estepas que están conformadas por gran cantidad de vegetación en las zonas limítrofes con el país de Chile.

Esta subespecie Patagónica, suele ser visualizada en la XI Región del país chileno, especialmente en la costa sur del lago conocido como General Carrera.

La Martineta, tal como se indicó anteriormente, cuenta con varias subespecies que son identificadas con el nombre de Eudromia Elegans, más la denominación de forma específica para cada una de ellas, entre las cuales se destacan: Albida, Devi, Elegans, Intermedia, Magnistriata, Multiguttata, Numida, Patagónica, Riojana y Wetmorei. Cabe destacar que de manera general, esta peculiar ave es conocida bajo el nombre en español de Martineta Común.

Comportamiento

Esta ave en general suele mantenerse en grupos que van de cinco a siete miembros; sin embargo durante la primavera suele reunirse con muchos otros ejemplares; lo que permite destacar que se trata de un ave sociable y que no resiste la soledad.

Ellas tienen comportamientos similares a los de una gallina; en este sentido suelen realizar hoyos en la tierra y se revuelcan entre el polvo, probablemente con el propósito de eliminar los parásitos de su cuerpo; pues si se tiene la ocasión de observar a uno de estos ejemplares de cerca, notará que estos microorganismos viven entre su plumaje.

Por otro lado, muchas veces este ritual de escarbar hoyos o revolcarse, lo realizan para acomodar el lugar con la finalidad de dormir en él, debido a que se trata de zonas desprovistas de vegetación.

Son aves de gran mimetismo, el cual es proporcionado por su plumaje, sin embargo puede ser fácil presa de sus enemigos, entre los cuales destacan los Zorros, Aves de Rapiña, Zorrillos, Lagartos y las Iguanas. Además cuando la Martineta no se encuentra en su nido, sus depredadores aprovechan para comerse todos sus huevos.

Canto de la Martineta 

Hemos comentado anteriormente algunos aspectos relativos al canto de la Martineta, un sonido que cuando se encuentra el macho en tierras altas, puede ser apreciado incluso a varios kilómetros de distancia, pasando por densos bosques.

Cuando el macho realiza su llamado, extiende su cuello de manera vertical y mueve su cabeza hasta alcanzar un ángulo con su pico, para que su canto sea fuerte. Cuando está molesto, emite un sonido similar a un agudo estruendo.

Cada una de las subespecies de estas aves tienen sus propios llamados, se sabe de algunos que cuentan con hasta once vocalizaciones distintas; donde tanto macho como hembra llaman, pero empleando diferentes tonalidades de sonidos.

Por ejemplo las hembras tienen voces graves y machos como el pecho pizarroso, cuentan con llamados especiales que pueden ser reconocidos por los humanos y diferenciados de otros ejemplares de su misma especie.

Les gusta realizar sus cantos durante la época reproductiva y cada especie escoge la hora oportuna para emitirlo; algunos lo hacen en la mañana, otros en la tarde, pero una gran cantidad de ellos canta cuando está en apogeo el calor del mediodía.

Historia de esta ave

Los indicios sobre el origen de la Martineta, se remontan a la época en que los españoles llegaron por primeras vez a América del Sur; donde según la mayoría de los relatos, se cuenta que estos conquistadores encontraron gran abundancia de aves; algunas de las cuales identificaban por contar con un aspecto semejante a la perdiz española.

Por tal motivo, para ellos esta ave era simplemente una especie de perdiz y de esta forma la llamaron. Pero por otro lado, presentaba muchas similitudes con las aves Gallináceas, al menos en cuanto a su apariencia.

Asimismo la Martineta es un ave que se caracteriza por tener condiciones de vida muy primitivas, así que también se les puede emparentar con los Ñandúes, que son aves no voladoras y exclusivas de Sudamérica. Cabe destacar, que cuenta con fuertes patas terminadas en tres dedos y muy capaces para realizar carreras.

Es por tanto que se considera a la Martineta como un pariente vivo de los Ñandúes, pero dotada de una serie de rasgos específicos como el copete de plumas que adorna su cabeza, por lo cual se conoce también bajo el nombre de copetona.

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Hábitat y distribución

Las Martinetas son aves consideradas como pájaros terrestres que mayormente habitan en América del sur, en países que presentan grandes altitudes y que llegan hasta los 5.000 metros sobre el nivel del mar, como es el caso de Chile y Argentina.

Esta ave dentro de la gran variedad de subespecies que posee, se puede encontrar distribuida en regiones donde se presentan pastizales, mesetas, selvas, montañas y sabanas. No obstante que algunas de estas especies pueden ser observadas en otras zonas de América del Sur al igual que Central, o en lugares como la parte tropical de México.

Citando algunos ejemplos de los lugares que son escogidos por estas aves como parte de su hábitat, se puede indicar que se encuentran desde el río Santa Cruz hasta llegar a San Juan en Argentina. También en Mendoza, San Luis, Córdoba, La Pampa y en otras amplias regiones de Buenos Aires.

De igual manera es posible observarlas en regiones de Chile, como Aysén y Balmaceda o en Punta Arenas. Lo cierto es que a estas aves les encantan los terrenos que van desde los pastizales hasta la Patagonia, ocultándose siempre entre la vegetación, por si se les presenta cualquier eventualidad; pudiendo ser observadas en la mayoría de las ocasiones, formando grupos de tres hasta doce aves.

Un aspecto es importante de destacar con respecto al hábitat de esta encantadora especie de ave; es que en la actualidad se encuentra enfrentando una grave situación ecológica, con el riesgo de llegar a su extinción, debido a la incidencia de cazadores furtivos que las persiguen dentro de sus propios hábitats.

Aprovechándose incluso de aquellos lugares donde se presenta poca vegetación y se ha incrementado considerablemente el crecimiento urbano. Es importante que las autoridades de cada una de estas naciones tomen medidas conservacionistas, con la finalidad de preservar a esta especie como legado para las futuras generaciones del mundo.

Alimentación

Se trata de un animal omnívoro, por tal motivo su dieta se compone por una importante variedad de alimentos, entre los cuales destacan las semillas, tallos tiernos, frutos silvestres e insectos en general. Esto las convierte en aves útiles para la limpieza de los campos, ya que suelen corretear por ellos, devorando toda clase de insectos.

También les gusta buscar las hojas verdes de las hierbas, que generalmente se encuentran en terrenos que cuentan con abundante humedad, como es el caso de las orillas de los arroyos.

Los alimentos que suelen ser ingeridos por este tipo de aves, pueden incluir frutas que se encuentran en los árboles, capullos, flores, semillas, hormigas, escarabajos, saltamontes, larvas, algunos gusanos, pequeños vertebrados, anfibios y hasta reptiles.

La Martineta toma su comida la mayor parte de las veces del suelo, pero tiene la facultad de estar capacitada para saltar hasta un metro de altura y trepar cuando desea alcanzar cualquier tipo de insecto.

Para la búsqueda de su alimento, realizan una caminata lenta, mirando con paciencia el suelo y picoteándolo, levantando la cabeza de vez en cuando para evitar cualquier amenaza. Suele comerse enteros a los animales pequeños, mientras que a los grandes los golpea contra el suelo y los picotea.

Utiliza el pico para examinar las hojas y para escarbar en el suelo, lo que llega a realizar hasta con tres centímetros de profundidad. Esto es fácil para esta ave, pues cuenta con sus fosas nasales ubicadas en la base del pico.

Al igual que en el caso de las gallinas, traga arena con la finalidad de ayudar a sus mollejas en el proceso de la digestión. Como se puede observar, en muchos de estos aspectos la Martineta tiene hábitos bastante similares a las aves gallináceas.

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Reproducción

A la Martineta le agrada la vida en sociedad, por lo cual durante los inviernos pueden ser vistas en grandes colonias que llegan a contar hasta con trescientos ejemplares.

Pero durante la época de celo se separan en pequeños grupos impares, que suelen contar con unas siete aves. Para la realización de su apareamiento efectúan danzas de larga duración, incluso alcanzando aproximadamente cuatro horas. La selección de las parejas para su apareamiento no es nada fácil, los machos se enfrentan en batallas que son bastante violentas.

El cortejo resulta simpático, pues el macho anuncia vocalmente sus habilidades mediante sonidos continuos, con los cuales busca llamar la atención de varias hembras. También baja su pecho hasta el suelo y estira su cuello de forma erguida hacia adelante, levantando al mismo tiempo su espalda, para dar la idea de que cuenta con un gran tamaño.

Este ritual es similar al empleado por el ñandú y luego de todo esto, la hembra rasca sus patas en el suelo, como señal de aceptación al cortejo del macho.

La Martineta generalmente se reproduce cuando el alimento es abundante, lo que es propio de la época del verano. Algunas hembras como en el caso de las copetonas, son poliándricas, lo que quiere decir que atienden a varios machos y posteriormente depositan los huevos en los nidos de cada uno de ellos.

La mayoría de las veces, la hembra pone varios huevos que son incubados por el macho, mientras ella se va en busca de otra pareja. Su período de cría generalmente comienza a principios del mes de Octubre, llegando aproximadamente hasta Marzo; durante este tiempo cada Martineta puede realizar al menos dos posturas.

El macho es quien se ocupa de la elaboración del nido a manera rudimentaria, posiblemente en un arbusto o gruesa formación de pasto, buscando que se encuentre aislado; para ello escarba un hoyo que deberá quedar bien oculto. Todo esto con la finalidad de dar protección a los huevos de las lluvias o los vientos, una vez colocados en el nido.

Dicho nido suele estar recubierto de ramitas finas, pasto y plumas; y es visitado por el ave durante todo el año. Cada una de las puestas realizadas por la hembra, pueden alcanzar de 8 a 16 huevos, los mismos presentan un color peculiarmente verde intenso o posiblemente verde esmeralda, pero con una cubierta muy brillante.

Cabe destacar que el color del huevo de esta ave puede variar según la especie, pero siempre se presenta de un solo color, bastante profundo y brillante, similar a la apariencia de la porcelana. Curiosamente se considera que los colores pueden variar entre tonos que van desde el verde, violeta, turquesa, púrpura, gris, chocolate, hasta el amarillo limón.

Los huevos tienen un tamaño que va desde 4,1 cm a 5,6 cm; los cuales son sometidos a un período de incubación que dura aproximadamente de 16 a 19 días. Este es un tiempo durante el cual el macho se mantiene en silencio, dejando solo el nido para alimentarse, lo que le puede tomar entre 45 minutos a cinco horas; pero se asegura de cubrir muy bien a los huevos antes de salir.

Es interesante observar que cuando el macho Martineta se encuentra incubando, se mantiene inmóvil, evitando en lo posible ocasionar perturbación a sus huevos, incluso ante la presencia de un potencial peligro.

Algunas personas que han tenido la oportunidad de acercarse a un nido donde se encuentra la martineta incubando, comentan que se puede tocar al ave, sin que manifieste respuesta alguna. Incluso se aplasta contra el suelo, estirando su cuello o levantando su espalda, imitando la apariencia de una planta, debajo del ave se aprecian sus huevos.

Polluelos de Martineta 

Las crías al cabo de unos días comienzan a eclosionar de una manera sincronizada y llegan al mundo luciendo un denso y suave pelaje que en ese momento se muestra con un aspecto entre blanco, gris y amarillo; pero con la presencia de algunas manchas oscuras que les permiten camuflarse.

Estos polluelos desde su nacimiento comienzan a ser astutos y desarrollar rápidos movimientos, los mismos están especialmente dotados para correr. Una vez eclosionados los huevos, el macho sale del nido y comienza a silbar, llamando a los polluelos.

La crianza de estos cariñosos padres se mantiene al menos hasta que los polluelos puedan alimentarse por sí solos; durante todo este tiempo se quedarán a su lado y en caso de ser amenazados, se congelarán e intentarán esconderlos bajo sus alas o vientre, también les traen alimento.

Algunas de las crías de la Martineta, pueden ser vulnerables durante sus primeros días de vida; sin embargo aprenden con facilidad y a los pocos días se les puede observar persiguiendo insectos por su cuenta, algo que logran en tan solo sus tres primeras semanas de vida.

Otra de las actividades que aprenden con rapidez es volar hasta las ramas que se encuentran a un metro del suelo; y en 20 días tendrán un mayor tamaño, aunque no mucho más peso. Pero a partir de este momento pueden ser considerados como aves autosuficientes.

¿Dónde ver la martineta?

En Argentina uno de los lugares que puedes ver la martineta es en el Parque Nacional Sierra de las Quijadas en la provincia de San Luis. Además podrás disfrutar del imponente paisaje y más fauna autóctona.

El Parque es famoso porque en él se han encontrado restos fósiles de dinosaurios y reptiles voladores. Realmente es un recorrido imperdible si te interesa aprender más sobre naturaleza e historia.

Te recomendamos hospedarte en la ciudad de San Luis, donde desde allí podrás realizar tours y seguir conociendo más de esta hermosa provincia. La oferta hotelera es muy variada y se adecua a lo que estés buscando, desde alojamientos más económicos a otros de una categoría alta.

La provincia de San Luis cuenta con el Aeropuerto Brigadier Mayor César Raúl Ojeda que opera con vuelos nacionales a Aeroparque de Buenos Aires. Desde el aeropuerto a la ciudad de San Luis para llegar a tu hospedaje se pueden utilizar los taxis o hay servicios de alquiler de autos.

Si el contenido de este artículo le ha permitido conocer más acerca de la Martineta, le invitamos a continuar con la lectura de los siguientes temas:

Actualizado el 17 julio, 2023

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