El Almez es un árbol común muy apropiado para los entornos urbanos, los cuales se embellecen con esta sencillo, pero acogedora especie, cualidades que han valido para que fuera escogida para adornar y alegrar jardines, parques y calles de ciudades de climas templados. Te ofrecemos en este artículo información sobre este opulento árbol, que te harán interesarte sobre sus flores y frutos y los beneficios que se pueden obtener de él.
Características del Almez
El Almez es un árbol originario de la región mediterránea, donde se expandió por todo el sur de Europa, norte de África y Asia Menor. Es una especie perteneciente a la familia Ulmaceae, que incluye árboles y arbustos con flores hermafroditas, cuyo nombre científico es Celtis australis.
Celtis es un vocablo del latín usado por los romanos para referirse al Almez, al que también denominaban lotus, que fue el origen de algunos nombres comunes de este árbol; y australis señala su distribución austral en Europa.
Es del género caducifolio, que son los árboles que pierden sus hojas en determinadas épocas del año. Otra especie con características similares es el Roble melojo.
Ha recibido distintas denominaciones según la región, nombres tales como almecino, quicavero, lidón, ledonero, lironero, lodoño, latonero, entre otras.
El Almez puede llegar a medir hasta 25 metros de alto y un diámetro de unos 10 metros con un ritmo de crecimiento acelerado. Posee una frondosa copa de forma ovalada y su tronco tiene una corteza lisa que con el transcurso del tiempo se agrieta.
Los expertos botánicos le estiman una longevidad de hasta 600 años. En la reserva El Gran Pantanal, de Brasil, conocerás también unas plantas también muy longevas.
Es un árbol que proporciona una agradable sombra, gracias a su espeso ramaje, el cual con su verdor engalana calles y parques de ciudades y poblados.
El Almez es muy común encontrarlo en jardines y veredas, bajo el cual se puede disfrutar de un espacio para la buena sombra y el relax.
Es del tipo de árboles apreciados porque son ideales para la ornamentación porque prevalecen a lo largo del año. Además, cumplen una labor sanitaria, ya que, como sabemos, los árboles desempeñan un rol importante en la reducción de las emisiones y el smog en las grandes ciudades.
Algunas especies son más adecuadas que otras para este propósito. El Almez es una de ellas, que ha servido para absorber el dióxido de carbono y capturar los contaminantes de manera eficaz y efectiva.
Hojas
Este árbol Almez presenta hojas alternas, caducas, como todo árbol caducifolio, que renueva su follaje en las estaciones de otoño e invierno.
Su tamaño está entre 5 y 15 centímetros de largo y de 2,5 a 5 cm de ancho, aproximadamente. Su forma es oval, puntiaguda y ligeramente dentada en su parte superior.
Son de color verde oscuro brillante, opaco en el envés y se tornan pálidas cuando van a desprenderse del árbol. Son de textura áspera al tacto por el haz, pero más lisa y suave por el envés.
Tienen una base ladeada en la que se puede apreciar que salen tres nervios prominentes, lo que se conoce como hoja trinervada. En otoño se tornan de un color amarillo verdoso.
Flores
Las flores son pequeñas de unos 0, 25 cm, color blanco verdoso. Tienen unos pedúnculos o rabillos largos en un mismo pie, difícil de notar a simple vista.
Crecen en los tallos en la primavera y nacen al mismo tiempo que las hojas, proceso que realizan de manera individual.
Sus flores son hermafroditas, siendo las femeninas solitarias, mientras las masculinas se presentan agrupadas, lo que significa que un mismo árbol puede producir semillas sin necesidad de que haya otro cerca. El fruto se forma de la flor femenina.
Fruto: la almeza
El fruto es llamado almeza, aunque a veces se le dice también almecina o latón. Tiene forma entre redonda y ovalada, pequeño del tamaño de un guisante, de unos 0,5 a 1 cm de diámetro.
Por la parte exterior es rojo oscuro, en un principio, y, luego, se vuelve marrón oscuro al madurar, mientras en el interior es amarillo con un hueso o semilla muy pequeño. Tiene una piel delgada.
Es una drupa que fructifica en otoño, se reproduce por semillas y se mantiene en el árbol por mucho tiempo antes de caer. Es carnoso, ofreciendo una pulpa comestible, tanto por personas como por animales, y su sabor es dulce y agradable, parecido a la cereza.
Se puede comer crudo o preparar postres, salsas, mermeladas o gelatinas. En ocasiones, se elabora con la almeza un vino de bastante buena calidad media.
No se comercializa mucho en la alimentación humana por su pequeño tamaño y porque están dispersos en el árbol a cierta altura.
Tronco
El tronco del Almez es imponente por su sólida estructura tipo columna, recto y robusto, el cual puede llegar a medir 20 metros de altura al final de la cual se aprecia ofrece una frondosa copa muy ramificada.
Su base es ensanchada y posee raíces fibrosas de acelerado crecimiento.
La corteza es de color marrón oscuro, con una que otra verruga, pero en general se puede decir que es lisa, pero que se agrieta con el tiempo. Es de crecimiento lento.
La madera de este árbol es flexible de gran resistencia por lo que se emplea en diversos trabajos, en específico de carpintería, fabricación de mangos de algunas herramientas de labranza, remos embarcaciones, bastones, entre otros.
También se le usa para marcar linderos, en la fabricación de postes, aperos de labranza y de muebles de poca calidad, ya que se pudre con facilidad.
Un punto a destacar con respecto al Almez es que es un árbol que no se debe podar, pues ello le ocasiona lesiones, que lo marcan y no se borran. Solo se recomienda quitar las ramas secas, quebradas o muy enfermas a final del invierno.
¿Dónde crece el Almez?
Este es un árbol que ha crecido naturalmente por toda la cuenca del Mediterráneo llegando a Europa central en sitios de latitudes altas.
Ha sido también llevado, naturalizado y cultivado en muchos otros países del sudoeste asiático. También encontramos almeces en Estados Unidos y varios países de Suramérica como Paraguay y Uruguay.
El crecimiento del Almez se da en forma retorcida, con especies de verrugas al azar que van apareciendo en su corteza. También va desarrollando ramas enredadas en sus extremos.
Puede llegar a una altura de 80 a 60 pies en su adultez con una copa que crece de forma ascendente, como corona.
Su estructura es grande y redondeada, sobretodo en áreas abiertas. Cuando crece en medios urbanos, el árbol puede llegar alcanzar una altura de 40 a 60 pies.
Hábitat
El hábitat natural del Almez es en barrancos, montes bajos peñascosos, laderas rocosas, flancos de montañas, así como en explanadas cercanas a riberas de ríos y arroyos, siempre en climas atemperados o templados.
No se le observa formando bosquetes, al contrario aparece, por lo general, aislado sobre suelos sueltos y frescos, a veces con muchas piedras, independientemente de su naturaleza caliza o silícea.
Se le encuentra mayormente en altitudes que oscilan entre los 200 y 1200 metros.
Es un árbol fuerte que en su crecimiento se orienta totalmente hacia el sol, pues no es una especie del frío intenso.
El Almez ha estado ligado históricamente a las tradiciones y actividades rurales, en la elaboración de utensilios, usando su sombra para dar descanso al ganado, así como sus hojas para alimentarlo, al igual que sus frutos comestibles, etc.
Clima
El árbol Almez requiere para un apropiado desarrollo lugares con temperaturas mayormente entre los 40 ºC como máximo y unos -17 °C como mínimo.
Es una especie común, sin embargo es muy buscado por los espacios de sombra que brinda en los sitios abiertos de mucho Sol.
Suelo
Requiere suelos húmedos, ligeros, que tengan buen drenaje, aun cuando tiene resistencia en los secos si está bien asentado.
Crece tanto en suelos con sustratos de calizos como silicios y hasta poco fértiles. No obstante, si se planta en suelos alcalinos, podría verse afectado su crecimiento, haciéndose más corto y lento su desarrollo. Lo que si necesita es una constante exposición al Sol.
No es afectado en gran medida por el ambiente contaminado de las ciudades. Crecen en terrenos con pH alto.
Algunas de las enfermedades que puede presentar son la clorosis, que hace que se torne amarillento su follaje. Asimismo, en ocasiones es afectado por hongos y ciertas hierbas silvestres como la mal llamada “bruja”.
Los naturalistas han señalado que el Almez es un tipo de árbol ideal para ambientes de ciudad, donde a pesar del estrés del lugar, crece con total normalidad.
Cultivo del Almez
Para cultivar este árbol se sigue un proceso bastante sencillo, el cual da como resultado una planta hermosa y de gran vigor para un jardín u otro espacio en poco tiempo.
Dicho proceso contempla:
- Seleccionar las semillas apropiadas que estén sanas.
- Sembrarlas en primavera en macetas.
- Procurar un sustrato de cultivo universal. En un período de dos semanas, más o menos, comenzará a germinar las plántulas.
- Trasplantar las plántulas a un lugar de Sol constante y directo.
- Regar de manera periódica unas 2 o 3 veces a la semana.
- Efectuar revisión periódica para detectar posibles plagas que ataquen el árbol en fase de desarrollo.
¿Para qué sirve este árbol?
Como se ha señalado, el almez es generalmente usado con fines ornamentales de jardines particulares, también de veredas, parques y avenidas, gracias a su frondoso ramaje, pero también por su tolerancia a la contaminación.
Asimismo, se utiliza en trabajos de carpintería por la buena relación peso-resistencia de su madera en la fabricación de utensilios y herramientas agropecuarias; a saber: horcas y rastrillos, e igualmente sus raíces han sido muy útiles para elaborar pipas para fumar.
Así también en vista de que su madera es apreciada para trabajos de torneado, fue empleada para fabricar fustas y látigos.
Además, de la corteza y las raíces se ha podido extraer una esencia, que funciona como colorante amarillo para pintar la seda. Aparte de estos usos, el almez también sirve para el área de la salud y la gastronomía.
Uso medicinal
Gracias a sus formidables propiedades medicinales comprobadas, es posible preparar medicamentos y brebajes que alivian dolencias menores. Los especialistas han corroborado sus propiedades como antihemorrágico, astringente, lenitivo, antidiarréico y remedio estomacal.
Es por tal motivo que se usan tanto los frutos como las hojas en fitoterapia, pues ambos son ricos en:
- Taninos, los cuales al ingerirlos en pequeñas cantidades diarias, producen un efecto antioxidante de manera natural en el cuerpo. Ello contribuye a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel ocasionado por una intensa exposición a los rayos ultravioleta.
- Mucílagos, que actúan a nivel intestinal como un laxante, aumentando el volumen de la materia fecal.
El fruto de la almeza, en particular, es abundante en fibra dietética, proteínas y vitaminas.
De especial uso es la utilización de hojas y frutos para preparar infusiones, que sirven como remedio para aliviar la disentería, como regulador del flujo menstrual de las mujeres y la diarrea prolongada, para lo cual se debe tener presente que el fruto debe estar aún verde a fin de aprovechar al máximo sus maravillosas propiedades, pues si está maduro, se pierde esa virtud.
Para su preparación y consumo, se requiere recolectarlas en junio cuando los frutos están todavía inmaduros.
Los mucílagos tienen, también, principios activos responsables de su efecto expectorante, demulcente o agente protector local de alguna lesión, antialergénico y astringente.
Son de uso frecuente para el tratamiento del catarro común de las vías respiratorias.
El Almez es beneficioso también para tratar la úlcera gástrica. De igual modo, la infusión preparada con las hojas contribuye a rebajar la tensión arterial y la retención de orina.
De su fruto maduro se obtiene un sustituto del azúcar.
En vista de estas propiedades medicinales, se han hecho investigaciones sobre el Almez de las cuales se han generado artículos en revistas técnicas especializadas. Entre ellos tenemos los siguientes:
- Estudio publicado en la revista científica Food Science & Nutrition del 27 de abril de 2016, referente a las propiedades nutricionales del fruto del Almez, en el cual se señala que es una fuente valiosa de fibra dietética, proteínas y vitaminas, y de pigmentos como la luteína, el β- caroteno, la zeaxantina y los tocoferoles. Igualmente se describen algunas facetas antimicrobianas y antimicóticas de esta especie.
- Investigación divulgada a través de la Scientia Pharmaceutica de fecha octubre-diciembre de 2011, estudio en el que se investigó y demostró las propiedades de los extractos de las hojas del Almez, evidenciando la actividad antioxidante y citotóxica de sus extractos.
Ahora bien, ¿Cómo preparar las infusiones con las hojas o los frutos del Almez? En primer lugar, luego de lavarlas profusamente, se cuecen en medio litro de agua por unos cinco minutos. Se deja enfriar la infusión y, finalmente, se va bebiendo durante el día.
Sirve para aliviar los síntomas de la disentería o malestares estomacales.
Lo más común es usar el fruto crudo consumiéndolo directamente, el cual, aunque no es muy nutritivo, nos aporta igualmente los beneficios de los taninos, que ayudan a mejorar el proceso digestivo, así como también, como se señaló, a regular de manera más efectiva el sangrado menstrual en las mujeres.
Uso comestible
La carnosa pulpa de sus frutos se puede consumir cruda o también se pueden preparar mermeladas, gelatinas, postres, salsas.
El fruto del Almez tiene un sabor característico que se asemeja al de frutos como la ciruela o la cereza. También, en el arte culinario se ha podido aprovechar para hacer licores o, específicamente vinos, artesanales cuando la pulpa ya es de color oscuro.
Se le ha empleado también para la elaboración de salsas e incluso panes. Igualmente, se puede usar la almeza como especia, para lo cual se requiere lavarla, secarla, sacar el hueso y, luego, triturarla para agregarla a las comidas.
También las aves aprecian el sabor de las almezas maduras, específicamente pájaros como las mirlas y estorninos, que normalmente se le ven entre sus ramas.